Swara Yoga estudia científicamente como actúa en el cuerpo humano el prana, considerado como principio de vida, analizando la forma en que esa vibración se realiza, cuales son los conductos por donde fluye esa energía y de que manera es posible activarla para que se obtengan resultados óptimos para la salud. Con este propósito describiremos algunos aspectos de prana.
Prana: Es la suma total de toda la energía que se manifiesta en el universo y aunque es una, sus funciones son variadas. Podemos mencionar los prana mayores.
Apana: Su función es excretora; trabaja en la región del ano. Afecta las fibras nerviosas simpáticas que surgen entre las vértebras 1º y 2º de la zona lumbar y en las fibras nerviosas motoras del parasimpático que surgen desde el nervio vago. También afecta el hipotálamo.
Vyana: Dirige las funciones que no están controladas por prana y apana en sus respectivas regiones. Dirige la circulación de la sangre.
Samana: Interpenetra todo el cuerpo y circula por los setenta y dos mil nadis transportando la sensación de hambre. Su función es la digestión y el uso de todo el alimento consumido por el individuo. Afecta al epitálamo, al cerebro posterior y las fibras nerviosas simpáticas que surgen en los ganglios torácicos 5º y 12º el nervio vago y la médula.
Udana: Actúa en las articulaciones y en la garganta. Afecta el cortex que esta en el lóbulo central del cerebro y al nervio vago. Udana separa los cuerpos físicos y astral en el momento de la muerte.
Pranas menores
Los pranas menores son: naga, kurma, krikara, devadatta, dhanajaya.
Naga: Controla el habla y afecta el área del habla en el hemisferio izquierdo (en las personas diestras) que coordina los músculos usados para hablar. La disfunción de naga produce la dificultad para formar palabras llamada afasia motora.
Kurma: Se encarga de la apertura y del cierre de los párpados. Afecta las fibras parasimpáticas.
Krikara: Produce el hambre y la sed. Afecta el epitálamo y el hipotálamo.
Devadatta: Relacionado con la expansión, como bostezar. Afecta al tálamo.
Dhananjaya: Produce zumbidos en los oídos. Afecta al plexo cardíaco.
Swara significa respiración y cuando se refiere al incremento por una de las fosas nasales se denomina swardaya. Es de gran importancia es estudio de los ritmos respiratorios pues el flujo del prana depende el mantenimiento de la vida, la salud o las enfermedades, el funcionamiento correcto o la intranquilidad de la mente, la paz y la inarmonía.
Swara Yoga también brinda las indicaciones necesarias para lograr un estado saludable durante toda la vida. Pero hay que distinguirlo de Pranayama que solo delinea una parte de la ciencia de la respiración y es menos sutil.
Ciclos respiratorios
Cuando el aire entra y sale de los pulmones lo hace alternativamente por una u otra fosa nasal, cambiando aproximadamente cada hora cincuenta minutos; durante diez minutos ambas fosas funcionan conjuntamente. Este ritmo comienza con la salida del sol y se mantiene regular cuando hay buena salud. Es decir, que lo que en una persona sana funciona con regularidad, puede ser modificado debido a enfermedades o hábitos equivocados de vida, como dietas inadecuadas, falta de ejercicio, etc.
Cuando la respiración -denominada solar se realiza del lado derecho de la nariz, actúa por el conducto sutil llamado pingala nadi, tambi´`en denomindo surya (sol). Actúa el sistema nervioso simpático. Se produce calor en el cuerpo, es catabólico y descarga y acelera los órganos corporales.
El flujo respiratorio por el lado izquierdo, denomindo lunar y también conocido como Chandra (luna), fluye por el conducto sutil llamado ida nadi. Actúa sobre el sistema nervioso simpático. Es refrescante, anabólico, carga e inhibe los organos del cuerpo.
La respiración Sushuma -canal central- es estable, uniforme. Esta estabilidad se denomina "urmani avasta", el estado más elevado de la mente. Generalmente sushuma no funciona si la persona está activa física o mentalmente. Si se medita cuando sushuma esta operando la meditación será óptima. Si los nadis están impuros la respiración no llegará al nadi central. La purificación se realiza por medio de pranayama.
Si la respiración fluye por más de dos horas por el mismo lado de la nariz se produce un desequilibrio. Si predomina pingala (lado derecho) aumenta el calor del cuerpo con las consiguientes complicaciones mentales y nerviosas. Si es ida la que prevalece por un lapso más prolongado del que le corresponde, la sensación será de frío y disminución de la actividad mental y física. Esos nadis -o nervios astrales- son purificados por la respiración alternada que mantiene el equilibrio de los procesos catabólicos y anabólicos.
Los investigadores científicos han descubierto que el cerebro humano está compuesto de dos partes -o hemisferios- que tienen diferentes maneras de relacionarse con el mundo a través de distintas características físicas y mentales.
El hemisferio izquierdo del cerebro controla el lado derecho del cuerpo, y por lo tanto, la fosa nasal derecha- pingala. Es nuestra mente analítica, lógica secuencial y extrovertida. El hemisferio derecho controla el lado izquierdo del cuerpo, la fosa nasal izquierda, ida. Es nuestra visión holísitica, intuitiva, simultánea e introvertida. Se considera a esta parte del cerebro relacionada con actividades físicas, agresivas y también matemáticas.
También la actividad cerebral tiene un ritmo alternado entre estas dos partes, lo cual se comprueba con encefalogramas que permiten medir las ondas cerebrales.
Hay una relación entre los ciclos respiratorios que estuvimos analizando y esta actividad cerebral. Es decir, que cuando la respiración predomina por uno de los dos lados de la nariz, la parte actuante del cerebro es del lado contrario, lo cual también permite relacionar los cambios en el temperamento, las depresiones, las conductas maniacas o esquizofrénicas.
Esto nos permite deducir que equilibrando los ritmos respiratorios podremos lograr armonizar los estados mentales correspondientes, así como aplicar estos conocimientos para actuar convenientemente según sean los ritmos respiratorios y la actividad mental predominante. Así, por ejemplo, aprovechar el ritmo solar- derecho o pingala- para realizar tareas que signifiquen más actividad; y aquellas que requieran menos cuando el flujo sea lunar- izquierdo o ida.
Así es posible alternar actividades eminentemente físicas -como deportes, etc- con tareas muy mentales como investigación, concentración etc.
La práctica del Swara Yoga
Aunque es conveniente practicar Swara Yoga bajo la dirección de un guía experimentado, se pueden mencionar algunas indicaciones para quienes desean hacer el esfuerzo.
Es adecuado comer durante la respiración pingala -solar, derecho- cuando los fluidos digestivos son más abundantes. También dormir, pues con mayor calor el sueño es más profundo. Para forzar a que la respiración se efectúe por la fosa nasal derecha se debe dormir acostado del lado izquierdo.
Durante la actividad de ida -lunar izquierda- es conveniente para iniciar tareas tales como estudiar, preparar tónicos medicinales, usar ropa nueva etc. Durante la respiración por ambas fosas nasales -sushuma- es adecuado para la concentración y la meditación.
Quienes intentaron llevar a la práctica la sutil ciencia del Swara Yoga, o control de la mente a través de la respiración- práctica de la respiración alternada-, por medio de la aplicación regular de las técnicas de pranayama pudieron comprobar los resultados, que los animaron a intensificar el trabajo, ya que han comprendido que todas las funciones corporales- incluidas las del cerebro- son abastecidas por la fuerza vital del prana. También han comprendido que la mente no está limitada al funcionamiento del cerebro físico y al plano material denso y que el secreto de la vida no reside en ese plano. Afortunadamente las investigaciones científicas modernas van logrando verificaciones concretas que avalan el gran valor de las prácticas yóguicas.
Y una de esas comprobaciones se refiere a la importancia que tiene para el ser humano que ambos hemisferios cerebrales funcionen complementariamente, en lugar del evidente predominio del lado izquierdo del cerebro.